30 d’octubre, 2007

Aquí, unos cumpleañeros...

Y aquí, una familia.




(Fotos tomadas el viernes, 19 de octubre, por la noche.)





17 d’octubre, 2007

Cerrado hasta el 30 de octubre


Queridísim@s tod@s:

Mañana volveré a subirme a un avión. (Ya te digo, Mariano, ya te digo...) Pero esta vez es por motivos laborales. En serio. El tema es que no voy a estar trabajando vía Internet, precisamente, y por lo tanto no voy a poder postear ni comentaros (¡con lo bien que me lo paso, cachislamar!).
Serán diez días muy intensos (fines de semana incluidos) y los pocos ratos que tenga libres para conectarme los dedicaré (o debería dedicarlos) a la UOC.
Eso sí, al menos este viernes lo tengo libre para reunirme con mi familia y celebrar el cumpleaños de mi hermano (40 taquitos) y el mío. Es que mis padres tuvieron tanta puntería que nos llevamos 4 años y unas horitas de . Psss.

Pues nada más. Que os cuidéis mucho y sigáis tan espléndid@s e ingenios@s.
Por lo demás, ya sabéis: si os apetece leer entradas antiguas de éste, mi-vuestro blog, adelante, no os cortéis.
Nos “vemos” el día 30 de octubre.
Sed buen@s.

Con cariño,
Viguetana

P.S.: Iba a currarme una despedida en verso para honorar a mi admirado Estilografic... pero se me echó el tiempo encima. Cosasquepasan.

15 d’octubre, 2007

Nosotros somos la Tierra

Hoy es el Blog Action Day o Día de la Blogacción. Y el objetivo es que el mayor número de blogs hablen de nuestro planeta con la intención de difundir el respeto por el entorno natural y su conservación.
En este blog ya he tratado el tema del medio ambiente en alguna ocasión y he escrito sobre lo que para mí es la causa principal de su deterioro.

Hoy no dispongo del tiempo suficiente para redactar una entrada bien hecha.
Así que me limitaré a soltar esto:
Las principales víctimas de la contaminación atmosférica, de la insalubridad de las aguas, de la desertización y de la falta de recursos naturales seremos nosotros, los humanos. No el planeta. Así que, ya sabéis: si os atrae la idea de suicidarnos colectivamente, seguid como hasta ahora. El éxito está asegurado.



Foto de Jean-Marie Vives.

10 d’octubre, 2007

¡Mira que eres difícil!

El día 20 de octubre cumpliré 36 añitos de nada. Y siempre que se acerca esta fecha u otra susceptible de aportarme regalos, me viene a la mente el comentario que solía hacer mi madre:
“Eres tan difícil, que nunca sabemos qué regalarte”.
A estas alturas de mi vida dicha aseveración ya no me afecta ni hace que me plantee el grado de dificultad que debo de poseer o lo que eso puede querer significar. Pero sí me induce a reflexionar sobre el hecho de que -por alguna razón que todavía desconozco- mis preferencias personales siempre han diferido en gran medida de todo lo que la sociedad presupone que me gusta por el mero hecho de haber nacido fémina.

Ciertamente, de niña no me gustaban las muñecas; prefería jugar a indios y vaqueros con mi hermano, subirme con él de noche al tejado de casa para espiar al vecino (aunque el espía era él) o sumergir el Madelman vestido de buzo en el lavadero.



Tampoco me gustaban los vestiditos, ni los lacitos, ni las blonditas, ni las colitas, ni las merceditas; lo mío eran las camisetas, los vaqueros y las camperas; ah, y el pelo despeinao.
Tampoco las princesas de cuento me decían nada; me inspiraban mucho más los personajes como Tarzán, Willy Fog, Los Tres Mosqueteros, Sandokan...


Admito, asimismo, que siempre he odiado el color rosa. Y no comprendo por qué en pleno siglo XXI la mayoría de los juguetes y complementos para niñas tienen que ser del color de los chicles de fresa. (¿Que no? Fijaros en los próximos catálogos navideños y luego hablamos.)
También es cierto que nunca me gustaron las joyas. De pequeña solía extraviar los pendientes con la esperanza de que no me compraran más. Hubo un tiempo en que llevé alguna alhaja pero ahora soy consciente de que fue más por mimetismo social que por auténtica devoción personal. (Ya sabéis, la adolescencia y sus inseguridades.)
Y también es verdad que no uso maquillaje de ningún tipo. Sencillamente me repugna. Que nadie se ofenda. Una vez me maquillaron para un desfile del instituto y lo pasé fatal, porque me picaba la cara y no podía rascarme ni frotarme los ojos. Y el lápiz de labios es nauseabundo. Lo sé porque me lo comí.
Es cierto, tampoco uso zapatos de tacón. Bien pensado, casi no uso zapatos. Soy más de botas y deportivas, ya que me permiten andar con mayor comodidad y a grandes zancadas.



También admito que nunca compro revistas de moda; considero que la moda es la mayor dictadura que sufre la sociedad “occidentalizada” (aunque insistan en vendérnosla como cultura.)
Confieso, además, que no consumo prensa rosa ni veo programas de cotilleos; ah, y no tengo ni idea de quién es la vecina de arriba ni qué detergente usa.
No puedo negar que ir de compras me aburre y que mi fondo de armario es bastante limitado. Por lo general, detesto acumular cosas materiales.
Me temo que nunca soñé con que el día más feliz de mi vida iba a tener lugar en una iglesia y yo iría enfundada en un carísimo vestido blanco... Ah, por cierto, y si alguien quisiera seducirme: nada de diamantes ni champán francés. Gracias.

Vaaaaale, de acuerdo, pues una de dos: o mi cerebro no es femenino y se equivocaron al ponérmelo (que podría ser), o todas estas cosas son un cúmulo de estereotipos culturales que entre todos seguimos alimentando con algún fin que a mí me parece muy oscuro.

Bueno, a lo que iba, que me disperso:
¿Qué tendrá que ver todo esto con no saber qué regalarme?

08 d’octubre, 2007

Otoño fecundo

Te calzas las zapatillas y sales a trotar a ritmo calmado por las pistas de tierra de los montes gallegos que a estas alturas del año empiezan a tapizarse con las primeras hojas doradas. Pero algo te impide seguir; centenares de esferas llenas de pinchos cubren el suelo. Muchas de ellas ya están abiertas y muestran indecorosas su exquisito interior: castañas.

Te olvidas del correr y empiezas a recoger los primeros frutos de este otoño que promete ser fecundo.


Te sorprendes a ti mismo por deleitarte en algo extraordinario que en su día fue del todo habitual: disfrutar de lo que la naturaleza te brinda de forma voluntaria y generosa...

Aunque inevitablemente siempre habrá alguien molesto por tu gesto: la pequeña ardilla que desde lo alto de un árbol te recrimina mediante agudos grititos que te lleves las castañas más gordas. Normal.



(Una lástima que no lleváramos la cámara encima en el momento de recogerlas.)

03 d’octubre, 2007

Wir haben's geschafft!!!!! (*)

Pues sí, (*) lo hemos conseguido. Y estamos muy enteras; sin lesiones, sin rozaduras (bendita vaselina), sin ampollas, sin pájaras... Sólo cierto dolor muscular que se irá con una suave recuperación activa. Por cierto, Mariano, llegué a casa ayer por la tarde. Y es que, saliendo de Berlín, me pasé por Terrassa (que no Varsovia), para ver a mi familia y amigos. Gracias por preocuparte. :-P

Muchas gracias a todos/-as por las palabras de ánimo que dejásteis en la entrada anterior. La verdad es que la ENHORABUENA es también para vosotros/-as. Os prometo que en los últimos 5 km invoqué a todo el mundo para que no me fallaran las fuerzas. Pasé revista y allí estabais: Adri, mi familia, mis amigos de siempre, los nuevos amigos de Correr en Galicia y vosotros (mis colegas blogueros). Así que, ya lo sabéis, esta medalla de Finisher que aparece en la foto siguiente es mérito de todos. Pues siempre es más fácil enfrentarse a un reto sabiendo que cuentas con el aliento de personas que creen en ti.


Ahí va la crónica:


Viaje. Llegamos a Berlín a las 14:35h del sábado, fuimos directas a recoger los dorsales en el recinto ferial y luego anduvimos la distancia que separaba nuestro hotel de la línea de salida para ver cuánto tiempo precisaríamos a la mañana siguiente: 45 minutos. Demasiado. Decidimos que iríamos en metro... Cenamos muy bien en el Restaurante Brunello de la Knesebeckstrasse (por si alguien se pasa algún día por ahí). A la mañana siguiente nos levantamos a las 6h. Desayunamos muy bien. Sólo hubo algo negativo antes de la salida: yo fuí dos veces al baño con descomposición. Lo achaqué a los nervios...


Salida. Como yo no disponía de registro de tiempo en maratón por ser mi primera vez, tuvimos que situarnos en el último bloque de la parrilla de salida (había tantos bloques como de la A hasta la H). Gebrselassie y compañía salieron zumbando del bloque A a las 9h. Nosotras pasamos por la línea de salida ¡25 minutos después! (Os recuerdo que había más de 40.000 corredores.)


Carrera. Cogimos un ritmo muy bueno pero allá por el kilómetro 10 noté que el agua se me quedaba bailando en el estómago. Intenté no pensar en eso. Pasamos por el control del media maratón en un tiempo real de 1h 54', a pesar de tener que ir adelantando a gente todo el rato. Lo cierto es que resultó una carrera bastante incómoda porque no podías ir en línea recta corriendo en tu propio espacio, sino que tenías que ir practicando una espacio de slalom con cambios de ritmo para poder esquivar a los demás.


Allá por el kilómetro 25 me quedó claro que mi estómago no estaba digeriendo nada. Me subía el desagradable reflujo del desayuno todo el rato: el agua seguía bailándome en el estómago y de vez en cuando sentía náuseas. Ya no cabía duda, se trataba de un corte de digestión. Pero seguimos. Por el kilómetro 30 le dije a Gala que tirara porque yo empezaba a temerme lo peor. Las náuseas aumentaban y me impedían correr con comodidad. La cosa, definitivamente, fue a peor. Tuve que pararme un par de veces debido a las arcadas. Anduve unos metros en cada ocasión para que el estómago se asentara un poco. Finalmente pasé por la línea de meta 12 minutos después que Gala. Es decir, en 4 horas, 1 minuto y 16 segundos.


Conclusión. Estoy muy satisfecha de cómo corrí. De no haber sido por este indigesto incidente, habría bajado seguro de las 4 horas y habría hecho un tiempo muy parecido al de Gala, que cruzó la línea de meta en unas fantásticas 3 horas, 49 minutos y 35 segundos. La prueba de ello es que, una vez hube vaciado abruptamente el estómago tras la carrera, me encontré fenomenal. De hecho a las 19h estaba cenando tan ricamente en casa de unos buenos amigos.




Llegué a Vigo ayer por la tarde, hice la compra, puse un par de lavadoras, fuí a classe de spinning con Adri y tras la cena, hice los honores a esta hermosa tarta que Adri me trajo con todo su cariño.





Agradezco muchísimo vuestras muestras de impaciencia por saber cómo fue todo y os pido disculpas por el retraso de esta crónica. Vitru: ya he vuelto. Estili: me duché. Banderas: me cuidaré mucho esta semana pero lo cierto es que me encuentro fenomenal y todavía no me lo creo. Belén: la próxima vez te vienes conmigo para evitar los calambres del enfriamiento postcarrera. Interrogación: a ti te quiero para animar, claro que sí. Desesperada: eso, sponsors, sponsors, a ver si me consigues alguno. Mariano: a Gebrselassie no le vi ni el pelo. :-P

Aquí os dejo mis tiempos para que os hagáis una idea del tremendo bajón de ritmo de los últimos kilómetros. Una lástima, sí, pero todo forma parte del juego:
5 km: 00:28:06
10 km: 00:55:12 / 00:27:06
15 km: 01:21:13 / 00:26:01
20 km: 01:47:54 / 00:26:42
25 km: 02:15:19 / 00:27:25
30 km: 02:43:49 / 00:28:31
35 km: 03:13:07 / 00:29:18
40 km: 03:47:53 / 00:34:47

Y aquí el vídeo de mi llegada a Meta/Ziel por si alguien todavía no se cree que yo estuviera allí. Lástima del señor de la banderita, que me tapa justo en el momento en que cruzo la línea de llegada. Aparezco detrás, comprobando mi cronómetro, vestida con camiseta de tirantes a rayas horizontales azules y blancas. Mallas negras tipo pirata: http://www.finisherclip.de/en/previews/index/16/F6030/DSL/links



De un total de 6.499 mujeres participantes, Gala quedó en la posición 938 y Viguetana en la 1688. (Para que veáis lo importante que son 12 minutos...)

Dentro de nuestra categoría (por edad), de un total de 1.050 corredoras, Gala entró en la posición 201 y yo, en la 334.