Berlín
Mañana por la mañana me subiré a un avión que me dejará en Barcelona. Allí me reuniré con Gala, la hermana de Adrián. Pasaré la noche en su casa y el sábado tomaremos otro avión que nos llevará a Berlín. Será una visita de médico, ya que el lunes estaremos de vuelta en Barcelona.
¿Y todo eso para qué?, os preguntaréis.
“Pues porque esta mujer no sabe estarse quietecita”, pensará Mariano, el zurdo.
“Habrá algún festival de algo”, pensará Estilografic.
“Será por trabajo”, pensará Desesperada.
“¿Para mejorar su alemán?”, se preguntará la Interrogación.
“Quizás le ha tocado un premio de esos de fin de semana”, podrá pensar Vitruvia.
Frío, frío...
Resulta que, cuando empecé a temerme que íbamos a ser baja para la carrera transalpina de este año, Gala me anunció que ella se apuntaba a otro bombardeo; uno de esos que a mí no me flipan tanto por jugarse en otro tipo de suelo. Pero como a falta de pan, buenas son tortas, lo barrunté por espacio de unos minutos y le dije que sí, que vale, que yo también me apuntaba.
Hoy, sin darme apenas cuenta y tras unos meses de entrenamiento muy, pero que muy sui generis, me hallo a las puertas del día D. El domingo, día 30 de septiembre, a las 9h de la mañana, estaré – si nada lo impide – en la línea de salida del Maratón de Berlín. (Banderas, espero que no me odies por esto.)
Y por lo que parece no somos las únicas chaladas que no tienen nada mejor que hacer este domingo por la mañana, ya que se ha completado el cupo de inscripciones. Seremos 40.000 personas corriendo 42 km (+ 195 metros) simplemente porque sí, porque nos apetece...

PD: Llevaré el dorsal F6030.
:-)