29 de maig, 2007

Algo habitual...

Vives en Galicia, donde todo vegetal susceptible de crecer, crece. No te sorprende en absoluto que las callejuelas angostas y umbrías del Casco Vello estén revestidas de moho; y que las fachadas muestren todo un abanico de hierbas que nunca fueron plantadas y mucho menos con intenciones precisamente decorativas.
Así que llega un día en que te sorprendes. Y mucho. Y no lo comprendes. ¿Por qué crecen, fructifican y se multiplican por doquier y a una velocidad de vértigo miles de plantas en esta tierra y, en cambio, los parterres ajardinados de nuestra comunidad viguesa parecen haberse disecado en vida?
Te planteas la posibilidad de que se trate de un mal proyecto de jardinería, de que las especies elegidas no sean las más idóneas para el lugar, de que esa tierra carezca de los nutrientes necesarios... Hasta que un buen día lo descubres. Y reconoces que por tu experiencia vital nunca habrías contemplado semejante posibilidad; y te das cuenta de que la rara eres tú porque nadie más parece darle mayor relevancia al asunto.

Son las ovejas del vecino de enfrente o las cabritas de la casa blanca que hay más arriba las que tranquilamente se dedican a pastar bajo tu ventana. Entonces sales disparada a por tu cámara y les sacas un par de fotos para dejar constancia en tu blog de un suceso tan poco original. De fuera tenías que ser...







4 comentaris:

Anònim ha dit...

Moi bó, rapaza... mira que non caer da burra... é que aquí calquera ten no alpendre un boi e unha vaquiña para lle tirar do teto.

Muy bueno, niña... mira que no caer de la burra... es que aquí cualquiera tiene en el cobertizo un buey y una vaquita para tirarle de la ubre (traducido pierde muchísimo... entre otras cosas porque la expresión "tirarlle do teto" se usa más con humanos que con vacas, curiosamente... quiere decir "explotar" en el peor de los sentidos.

Bicos ;-)

Viguetana ha dit...

Tus lecciones folclórico-lingüísticas no tienen desperdicio, Banderas. ;-P

Unha aperta!

Desesperada ha dit...

ja ja ja ja vigue, lo cierto es que para alguien de fuera esto debe de parecer ciencia ficción. hasta yo, que lo he visto desde niña, alucino! ja ja ja

Viguetana ha dit...

También debo decir en defensa del pastor que hace tiempo que no veo ni a las cabritas ni a las ovejitas...
jajaja!

Ah, y las plantas empiezan a crecer de verdad.
Bicos